Mi vida está en las manos de Dios
Comienzo con esta frase porque así lo veo, siento y experimento de que mi vida está en las manos del Señor, es la segunda experiencia fuerte en mi vida, donde me veo que lo único que me queda es Dios, confiar en Él y abandonarme en El, y esto me lleva a saber esperar, tener paciencia, esperanza, alimentándome desde la Palabra de Dios, mis encuentros personales el compartir con mis hermanas y la lectura de un libro.
Doy gracias al Señor por todo aquello que va modelando en mi vida, estar en casa con mis hermanas me está permitiendo no solo compartir, sino conocerlas mucho mejor, estoy aprendiendo a escuchar y contemplar a enriquecer y dejarme enriquecer con los dones de cada una.
En medio de esta realidad espero, confío, guardo esperanza en Aquel que no falla, porque sus palabras son vida, camino y verdad y eso me sostiene a ejemplo de María nuestra Madre que supo esperar en el Señor.
Abrazos…Hna. Irene Vargas Castro, aha. Comunidad Noviciado “San Agustín” – San Pedro Sula (Honduras)