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Reconocimiento
Hijo adoptivo de Palma
El Pleno del Consistorio de Palma acordó por unanimidad declarar Hijo adoptivo a Sebastián Gili Vives. El 23 de diciembre de 1997 el Alcalde y la corporación municipal lo hizo público en la sala de plenos. Además le dedicó una calle nueva, llamada del canónigo Sebastián Gili, situada en la barriada de
Hijo Ilustre de Artá
Don Sebastián Gili Vives (1811-1894) fue declarado Hijo Ilustre de Artá el 25 de julio de 2009, en el marco de los 150 años de
El amor, casi veneración a la cuna donde vio la luz primera, latía en lo más profundo de su corazón, se sentía artanense de raíz, embajador de su propia tierra, por lo mismo obligado a enaltecerla en toda ocasión. Este pueblo que le vio nacer, ahora le hace entrega del reconocimiento más alto declarándole Hijo Ilustre.
Un día el Señor le dijo: ven conmigo, ven y verás; ven es el primer paso, es la confianza, la disponibilidad, la entrega. Dios llama y se han de fiar de Él, ponerse en camino y la experiencia se adquirirá a lo largo del camino. Hay un presente y un futuro, un tiempo de confianza y un tiempo de experiencia y eso se consigue haciendo camino con Jesús.
Ven y verás. La buena voluntad de hoy dará sus frutos mañana. Desde joven dejó la casa paterna para trasladarse a Palma a estudiar la carrera sacerdotal. El camino comenzado tendrá sus dificultades, momentos de incertidumbre, horas de oscuridad, de tensión, de desconcierto, pero al mismo tiempo irá creciendo la experiencia de Él. Ven, para orar conmigo y escuchar las palabras del Padre en el día y en la noche, en el Tabor y en Getsemaní. Ven, para ayudarme, para ir donde yo no puedo ir, para multiplicar el eco de mis palabras, ven, para estar junto a mí en la cruz, para aligerarme con tu presencia y compartir mis dolores. Ven para morir conmigo. No tengas miedo, yo seré tu fuerza y tu recompensa.
Don Sebastián era un hombre extraordinario y un trabajador incansable, tenía una capacidad de trabajo fuera de lo común, se puede decir que sabía hacer de todo, vivía con los pies en el suelo y el corazón en el cielo.
Una de sus características principales fue siempre la comprensión y aceptación de los demás, aunque no compartiesen las mismas ideas. Sabía callar y alabar. Siempre estaba en un segundo plano. Su consejo y ejemplo le infundía coraje para proseguir las tareas con ilusión. Labrador de su propia tierra interior, jardinero de sí mismo, supo abrirse a los demás como se abre la flor cada mañana con el rocío al ser besada por el Sol.
Durante su vida ocupó cargos de gran responsabilidad, primero como director de
Cansado y enfermo dejó la tierra el 11 de septiembre de 1894 con el reconocimiento de la ciudad de Palma. Con el paso del tiempo, otros procuraron que su figura se fuera eclipsando y llegase a desaparecer, pero el 9 de junio de 1991se abrió el proceso de canonización que se clausuró en Palma el 22 de noviembre de 1992, para continuar su camino en Roma.
Un hombre de talla humana tiene el reconocimiento de su pueblo natal.